En los últimos años, el problema del aumento de la deuda estudiantil se ha convertido en una preocupación importante, sobre todo para los millennials y la Generación Z. Esta creciente carga financiera no solo está afectando a la capacidad de las personas para asegurar su futuro, sino que también está contribuyendo a la creciente brecha de riqueza entre estas generaciones más jóvenes y sus homólogos de más edad. Profundicemos en los factores que están configurando esta situación y las posibles implicaciones para el futuro.
Aumento de la deuda estudiantil
La deuda estudiantil, el dinero prestado para cubrir los costes de la educación superior, no ha dejado de aumentar en las últimas décadas. Los prestatarios deben colectivamente más de 1,75 billones de dólares en deuda total de préstamos estudiantiles, y el prestatario medio debe individualmente 28.950 dólares.
Muchos jóvenes de la generación del milenio y de la generación Z salen de la universidad con importantes deudas, a menudo de decenas de miles de dólares o más. Esta carga financiera puede afectar a su capacidad para tomar decisiones importantes en la vida, como comprar una casa o formar una familia.
Además, la brecha de riqueza racial se ve agravada por la carga de la deuda estudiantil. Según datos del Departamento de Educación de EE.UU., la situación es cruda: aproximadamente el 86% de los estudiantes negros están endeudados por préstamos estudiantiles, un porcentaje notablemente superior al 68% de los estudiantes blancos. Esto es malo, pero es aún peor si se tiene en cuenta que los hogares negros apenas poseen el 2,9% de la riqueza total, en claro contraste con el 86,8% que poseen los hogares blancos. Esto demuestra que la deuda estudiantil golpea con más fuerza a las minorías, dificultándoles aún más la creación de riqueza y un futuro financiero estable.
Dificultad para obtener un préstamo hipotecario
Ser propietario de una vivienda se ha considerado durante mucho tiempo la piedra angular de la creación de riqueza. Sin embargo, el aumento de la deuda estudiantil ha hecho cada vez más difícil que las generaciones más jóvenes puedan optar a préstamos hipotecarios. Los prestamistas tienen en cuenta la relación deuda-ingresos de una persona a la hora de evaluar su idoneidad para una hipoteca. Con préstamos estudiantiles importantes, la relación deuda-ingresos puede ser desfavorable, lo que dificulta la obtención de un préstamo hipotecario. Desde 2005, el número de propietarios de vivienda entre los recién licenciados universitarios ha disminuido un 1,8% por cada 1.000 dólares de deuda en préstamos estudiantiles.
Aumento del precio de la vivienda y del coste de la vida
No es ningún secreto que los precios de la vivienda se han disparado en los últimos años. El aumento de los precios combinado con los altos tipos de interés y la baja disponibilidad ha dado lugar a un mercado de la vivienda dolorosamente competitivo en el que muchos millennials no pueden participar. El bajo inventario de viviendas no se ha recuperado desde la crisis inmobiliaria de 2008, que prácticamente paralizó la construcción de nuevas viviendas. Para empeorar las cosas, el mes pasado, la Reserva Federal subió los tipos de interés, lo que significa que el tipo de interés medio para las hipotecas a 30 años a tipo fijo aumentó hasta el 7,23%.
Estamos a punto de ver cómo se produce un efecto dominó, ya que el mes que viene millones de estadounidenses serán responsables de devolver los préstamos estudiantiles por primera vez en años (la primera vez en la historia para los recién licenciados). Durante la pandemia, el Gobierno suspendió los programas de reembolso de préstamos estudiantiles, lo que supuso un respiro muy necesario para muchos. No estaba claro cuándo tendrían que volver a pagar sus préstamos. Sin embargo, en junio, el Tribunal Supremo anuló el programa de condonación de préstamos estudiantiles del Presidente Biden, poniendo el último clavo en el ataúd para muchos prestatarios.
Ahora, muchos Millennials tendrán que hacer malabarismos con la alta inflación, el aumento del coste de la vida y miles de dólares al año para pagar la deuda en un momento crucial de sus carreras. Esto sin duda aumentará la brecha de riqueza entre las generaciones más jóvenes y las mayores.
La importancia de la propiedad como acumulación de riqueza
Ser propietario de una vivienda ha sido históricamente la forma más fiable de acumular y almacenar riqueza. En general, el valor de los inmuebles se ha revalorizado con el tiempo, lo que ha permitido a los propietarios acumular patrimonio y beneficiarse potencialmente de las tendencias del mercado. La Generación X y los Baby Boomers se beneficiaron de los bajos precios de la vivienda y de los bajos tipos de interés, y ahora poseen bastante más riqueza que los Millennials. La investigación muestra que los millennials poseían sólo el 6,6% de la riqueza de la nación el año pasado, en comparación con los Baby Boomers (50,4%), la Generación X (29,9%), y los consumidores mayores de 77 años (13,1%).
Sin embargo, las barreras que plantean la deuda estudiantil y las condiciones del mercado inmobiliario están limitando la capacidad de las generaciones más jóvenes para aprovechar esta vía de creación de riqueza.
El futuro de las generaciones más jóvenes
El impacto de la creciente deuda estudiantil en la brecha de riqueza entre los millennials/Gen-Z y las generaciones mayores es preocupante. La carga de la deuda está retrasando grandes hitos de la vida, como la propiedad de la vivienda y la planificación de la jubilación, e incluso tener hijos. Este retraso puede tener un efecto dominó sobre su estabilidad financiera a largo plazo, la preservación de la clase media y el éxito a largo plazo del país en su conjunto. La dificultad para obtener préstamos hipotecarios, combinada con la escalada de los precios de la vivienda y el coste de la vida, está obstaculizando el potencial de creación de riqueza de las generaciones más jóvenes.
No está claro qué nos deparará el próximo año. ¿Explotará por fin la burbuja del mercado inmobiliario? ¿Volverán las cosas a la normalidad a medida que los deudores vuelvan a pagar sus deudas? ¿O la presión sobre sus finanzas empujará al país aún más hacia una recesión? Sólo el tiempo lo dirá.