El mercado inmobiliario comercial ha entrado en una fase precaria, lidiando con los efectos agravados del cambio generalizado al trabajo a distancia y la reciente subida de los tipos de interés. Estos dos factores han contribuido a crear un desafío sin precedentes, llevando al sector al borde del colapso. Un informe de Kiran Raichura, economista inmobiliario jefe adjunto de Capital Economics, llegaba a afirmar que "es improbable que el valor de las oficinas se recupere de aquí a 2040".
En este artículo, profundizaremos en la interacción entre el trabajo a distancia y la subida de los tipos de interés y examinaremos cómo han perturbado colectivamente el mercado inmobiliario comercial, provocando profundas consecuencias para la economía en general.
La revolución del trabajo a distancia:
La llegada del trabajo a distancia, acelerada por la pandemia de COVID-19, ha supuesto un cambio sísmico en el funcionamiento de las empresas. A pesar de la llamada fase de "vuelta a la oficina" que se viene produciendo desde hace algún tiempo, la ocupación de oficinas sigue siendo inferior al 50% de lo que era antes de la pandemia. Las empresas han adoptado modalidades de trabajo flexibles, que permiten a los empleados trabajar desde casa o a distancia, disminuyendo así la necesidad de grandes espacios de oficina. Esta transformación ha alterado fundamentalmente la dinámica del mercado inmobiliario comercial, provocando un descenso de la demanda de espacios de oficinas tradicionales y creando un exceso de oferta de inmuebles vacíos.
Reducción de la demanda y aumento de las vacantes:
La rápida adopción del trabajo a distancia ha reducido considerablemente la demanda de inmuebles comerciales, sobre todo de oficinas. Con la transición al trabajo a distancia, las empresas han reducido su presencia física, renunciando a contratos de arrendamiento y subarrendando los espacios no utilizados. La menor necesidad de espacio de oficinas, unida a las medidas de ahorro, ha provocado un aumento de las vacantes, dejando a los propietarios y arrendadores enfrentados a la disminución de los ingresos por alquiler y el descenso del valor de los inmuebles. En los dos últimos años, el valor de los inmuebles de oficinas ha sido el que más ha caído en comparación con el de todos los inmuebles comerciales.
Tensiones financieras y subida de los tipos de interés:
La reciente subida de los tipos de interés agrava aún más los problemas del mercado inmobiliario comercial. Aunque los bajos tipos de interés habían proporcionado cierto respiro en el pasado, el repentino aumento de los costes de los préstamos ha asestado un duro golpe al sector. Los propietarios, ya agobiados por las desocupaciones y el descenso de los ingresos por alquiler, se enfrentan ahora a la desalentadora tarea de conseguir financiación a tipos de interés más altos. Para colmo de males, las tasas de morosidad de los préstamos para oficinas se sitúan en su nivel más alto (2,8%) desde que comenzó la pandemia.