La paradoja de los anuncios de salud mental: Desempeñando papeles pero quedándose cortos

En una época en la que la concienciación sobre la salud mental va en aumento, a menudo nos encontramos con un aluvión de anuncios que proclaman el apoyo y la comprensión hacia quienes luchan contra problemas de salud mental. Estas campañas parecen preocuparse de verdad por nuestro bienestar, desde lustrosas portadas de revistas hasta cautivadores anuncios de televisión. Sin embargo, bajo la superficie se esconde una paradoja: los anuncios sobre salud mental pueden a veces perpetuar estereotipos perjudiciales, priorizando la imagen sobre el verdadero impacto. En este artículo, exploraremos las deficiencias de los anuncios sobre salud mental, su daño potencial y la necesidad de una acción genuina de apoyo a la salud mental.

La fachada de la empatía:

No es ningún secreto que el objetivo de la publicidad es vender productos o promocionar marcas. Los anuncios sobre salud mental no son una excepción, y a menudo sirven como herramientas para construir la imagen de empresas con conciencia social y empatía. Pero, ¿se traduce esto en un apoyo tangible? Aunque la intención pueda ser noble, la ejecución puede ser a menudo vacía, centrándose más en desempeñar un papel que en crear un impacto real. Los anuncios pueden presentar celebridades, escenarios pintorescos y narraciones cuidadosamente elaboradas, todo ello diseñado para evocar emociones. Sin embargo, esta imagen glamurosa puede contribuir inadvertidamente a la estigmatización de la salud mental al simplificar en exceso cuestiones complejas. Un artículo de Slate lo explicaba sin rodeos: "En lugar de eso, anuncios como éste son un lavado de cara: explotan emociones reales pero hacen poco por lograr un cambio real, al tiempo que llenan las arcas de las empresas".

Estereotipos y simplificación excesiva:

Una de las principales preocupaciones en torno a los anuncios sobre salud mental es la perpetuación de estereotipos. A menudo, estas campañas presentan a las personas que se enfrentan a problemas de salud mental como si estuvieran completamente rotas o convenientemente "arregladas" con el producto que se promociona. Esta simplificación hace un flaco favor a la realidad de los problemas de salud mental, que son matizados y polifacéticos. Al presentar una narrativa unidimensional, estos anuncios pueden crear expectativas poco realistas y socavar la gravedad y complejidad de los problemas de salud mental. La empresa de terapia en línea BetterHelp cubrió las redes sociales con este tipo de anuncios. Ahora está siendo investigada por la FTC por incumplir sus promesas de privacidad y compartir la información sanitaria personal de más de 7 millones de consumidores con plataformas como Facebook, Snapchat, Criteo y Pinterest con fines publicitarios.

Comercialización de la vulnerabilidad:

Cuando se mercantilizan los problemas de salud mental, se corre el riesgo de explotar la vulnerabilidad con fines lucrativos. Los anuncios pueden aprovechar los desencadenantes emocionales para evocar empatía, rozando a veces la manipulación. El objetivo se convierte en vender un producto en lugar de abordar eficazmente los problemas subyacentes. Estos anuncios pueden minimizar inadvertidamente la importancia de buscar ayuda profesional, llevando a las personas a confiar en soluciones rápidas o impulsadas por los consumidores en lugar de en opciones de tratamiento basadas en pruebas.

El eslabón perdido: Sustancia y apoyo:

Más allá de la ostentación y el glamour, los anuncios sobre salud mental no suelen ofrecer recursos significativos ni soluciones prácticas a quienes los necesitan. Aunque pueden sensibilizar, a menudo carecen de acciones concretas para fomentar un cambio a largo plazo. Así lo hizo recientemente Dove en un anuncio sobre trastornos alimentarios, en el que promovía una petición en línea sobre legislación en materia de seguridad en las redes sociales. Un apoyo eficaz a la salud mental requiere algo más que eslóganes pegadizos o imágenes inspiradoras. Necesita servicios de salud mental accesibles y asequibles, esfuerzos de desestigmatización e iniciativas impulsadas por la comunidad que den prioridad a la inclusión y la comprensión. Aunque bienintencionados, el anuncio de Dove y la petición harán poco para abordar realmente la prevención y la curación de los trastornos alimentarios.

La llamada a la autenticidad y la responsabilidad:

Como consumidores, es crucial ser críticos con los anuncios sobre salud mental y exigir algo más que una empatía superficial. Las empresas deben dar prioridad a la autenticidad y asumir la responsabilidad de los mensajes que transmiten. En lugar de confiar únicamente en la publicidad, deben participar activamente en los esfuerzos para promover la educación sobre salud mental, la desestigmatización y la mejora del acceso a los servicios de salud mental. Rare Beauty, la marca de cosméticos de Selina Gomez, lo hace muy bien. También se han comprometido a recaudar 100 millones de dólares en los próximos 10 años para aumentar el acceso a los servicios de salud mental en los centros educativos. Donan el 1% de todas las ventas y recaudan fondos adicionales con fundaciones filantrópicas, socios corporativos y particulares. Al alinear las acciones con sus valores proclamados, empresas como Rare Beauty pueden crear un impacto genuino y fomentar un cambio positivo.

Aunque los anuncios sobre salud mental puedan parecer bienintencionados, su daño potencial radica en la perpetuación de estereotipos, la simplificación excesiva de cuestiones complejas y la comercialización de la vulnerabilidad. Para marcar realmente la diferencia, debemos exigir más a estas campañas. Necesitamos un cambio hacia la autenticidad, la sustancia y el apoyo tangible. Responsabilizando a las empresas de sus mensajes y fomentando la acción genuina, podemos allanar el camino hacia una sociedad que no sólo hable de salud mental, sino que actúe en consecuencia. Desafiemos la naturaleza de juego de roles de los anuncios sobre salud mental y trabajemos para crear un mundo en el que el apoyo a la salud mental sea realmente accesible, inclusivo y transformador.

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